A lo largo del XIX el proceso industrializador se expandió por toda Europa aunque de una manera desigual y con diferencias del modelo británico.
En el resto del mundo, sólo en EE.UU. y Japón se produjo un desarrollo de la industria semejante al europeo.
En Francia y Bélgica la industrialización se sustentó en la explotación de carbón, una agricultura desarrollada, una buena red de transportes y un activo comercio.
A partir de los años 1850, Alemania desarrolló su industria en el carbón y hierro, la concentración del capital financiero en grandes corporaciones bancarias, un importante sector siderúrgico y la industria química.
En Europa meridional, el crecimiento industrial fue más tardío y lento y en muchos casos incompleto. En Italia y España coexistían áreas fuertemente industrializadas (Piamonte y Cataluña) con regiones de economía rural y poco productivas,
En el resto del mundo, sólo en EE.UU. y Japón se produjo un desarrollo de la industria semejante al europeo.
En Francia y Bélgica la industrialización se sustentó en la explotación de carbón, una agricultura desarrollada, una buena red de transportes y un activo comercio.
A partir de los años 1850, Alemania desarrolló su industria en el carbón y hierro, la concentración del capital financiero en grandes corporaciones bancarias, un importante sector siderúrgico y la industria química.
En Europa meridional, el crecimiento industrial fue más tardío y lento y en muchos casos incompleto. En Italia y España coexistían áreas fuertemente industrializadas (Piamonte y Cataluña) con regiones de economía rural y poco productivas,
En la Europa oriental, el Antiguo Régimen permaneció vigente durante todo el siglo XIX. Sólo en zonas muy localizadas del Imperio Austrohúngaro y del Imperio Ruso se asentó una incipiente industrialización a finales de siglo.
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